martes, 14 de marzo de 2017

Cabe decir, de entrada, que la fotografía no es eso que está mas allá de lo visible, sino lo visible mismo,  cogido al vuelo, con el tino y el acierto posibles, mediante la forma que es luz, el desplazamiento o la supresión, el encuadre y la composición. La poética de la seducción fotográfica procede de la superficie visible: la nitidez, la fuerza, el gusto por la toma. Las exigencias de este Arte imponen la estructura y la dinámica de lo que la piel esconde, porque nada hay en la piel que no esté en los huesos...

Maribel Suárez, abunda, con desenfadado celo, junto a la obra de la luz, que es la sensualidad de toda fotografía, en el cultivo en blanco y negro y sus metáforas visuales, acaso el empeño mas logrado de esta artista-fotógrafo. En esta operación de fotografiar, de prender por mediación de la cámara fotográfica, el hallazgo no es otro que  la elección huidera del instante, el lugar ultimo de la luz y, dentro de esta, la fijación del asunto: el retrato, el rostro, el rastro, el paisaje. No se si, desde las estrategias de ver, las astucias de mirar, puedan ir más lejos, pero sucede que los ojos, en estas tomas, desde el suelo, a ras del suelo, continúan su tarea cuando la mirada se detiene.
Francisco Lira.

Maribel Suárez Fotografía